Alfredo Villagrán y Arévalo.
Director General, revista buen viaje.
Presidente.- Periodistas y Editores de Turismo, A. C. / PYET.
Miembro afiliado de la Organización Mundial de Turismo/ OMT.
Tabla de contenido
ToggleEn el sector turismo todos debemos ser actores y promotores de la conservación de nuestra riqueza natural.
La visitación no controlada y sin reglas o códigos de conducta en los sitios turísticos pone en grave riesgo a los ecosistemas, por lo que cobra especial importancia difundir, particularmente, en el sector de los viajeros, la relevancia de cuidar nuestra riqueza natural, pero desde una perspectiva racional, no como mera imposición o prohibición, sino explicando las consecuencias de afectarla versus los beneficios que brinda a la humanidad cuando se conserva.
Es fácil cuando los argumentos son tan sólidos, que nos ofrecen servicios ambientales vitales como el agua, purificación del aire que respiramos y hasta nos suministran alimentación, además de muchos mas , como la obtención de insumos para medicamentos o su función como barreras contra huracanes y otros fenómenos naturales, cuando se encuentran en buen estado.
Los turistas y viajeros en sus travesías por diversos destinos tienen el contacto directo con los ecosistemas, ya sean playas, ríos, bosques, montañas, selvas, manglares, humedales o desiertos, por lo que está al alcance de su mano cuidar o afectar estos ambientes, pero también se facilita enamorarlos, interesarlos de la diversidad de especies y sus entornos, porque lo están viviendo en ese momento.
¿Quien no se conmueve cuando ve nacer a cientos de tortuguitas marinas, ante las grandes migraciones de las majestuosas ballenas, las hermosas Mariposas Monarca, él vuelo las aves o frente a la belleza del mar, de los volcanes y los amaneceres y atardeceres? Y si complementamos esa vivencia con la información específica, estratégica, lograremos un impacto verdadero.
Un claro ejemplo de buenas prácticas son las áreas naturales protegidas de México, en las que se lleva a cabo un real turismo de naturaleza, donde hay reglas claras de conducta, información, visitación controlada de acuerdo a las características del ecosistema, y el compromiso de causar el menor impacto sobre el medio ambiente y la cultura de las comunidades, contribuyendo además en la generación de ingresos para las poblaciones locales, lo que, por supuesto, está enmarcado en los tres ejes de la sostenibilidad: económico, social y ambiental, donde cada visitante se va con algo más que haber disfrutado del descanso, la relajación, la buena atención, calidad de servicios y la belleza paisajística, se lleva consciencia.
Es por esto que en el sector turismo debemos tratar de replicar este esquema y transformar al país completo en un área natural protegida, no por decreto, por convencimiento, convirtiéndonos en promotores: hoteleros, guías de turistas, agentes de viajes, líneas aéreas, autoridades, empresarios, periodistas, prestadores de servicios, publirrelacionistas, taxistas… ¡todos! De esta forma, el sector contribuirá a alcanzar los Objetivos del Desarrollo Sostenible.